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Ganadería
agosto 7, 2020
Resolución quirúrgica de carcinoma de células escamosas en un bovino
Autor: González L.R. Colaboradores: Olguín B.A.F., Fabiela C.L.E., Martínez L.A.
INTRODUCCIÓN
El carcinoma de células escamosas y la Leucosis bovina son los padecimientos tumorales más frecuentes en la especie bovina. El carcinoma de células escamosas, mundialmente conocido llega a tener frecuencias de 0.9 % en bovinos productores de carne, variando según la exposición ambiental, pudiendo convertirse en un factor importante en cuanto a la disminución de producción. En un estudio realizado en los rastros de tipo inspección federal de los Estados Unidos, se estimó que el 12.5% del total de bovinos sacrificados, presentaron dicha afección. 1,2,4
El carcinoma ocular de células escamosas (CCE) se origina a partir de las superficies epiteliales de la conjuntiva (unión corneoescleral, membrana nictitante (tercer párpado) y párpados) o de la córnea. La etiología es multifactorial, habiéndose comprobado factores genéticos, ambientales o víricos. 1,2
El CCE afecta sobre todo a bovinos adultos ubicados en unidades de producción intensivas, destinadas a la producción de carne (engordas) y leche, especialmente en aquellas razas cuyos párpados y límite esclerocorneal no están pigmentados (Hereford, Simmental, Ayrshire, Charolais, Holstein, entre otras) (imagen 1 y 2), pero también se puede observar en razas pigmentadas. Otros factores predisponentes, de dicha patología son el hacinamiento, radiación solar intensiva (mayor frecuencia en regiones tropicales, subtropicales y montañosas), disminución de la capa de ozono estratosférico que protege contra la radiación UV (lo que provocó un claro aumento de dicha patología en las últimas décadas) e irritaciones mecánicas (polvo, moscas, vermes oculares entre otros). 1, 2, 3 y 4
También se ha propuesto que la carencia de carotenos en la dieta, los agentes de la queratoconjuntivitis infecciosa bovina (Moraxella bovis), herpes virus o papilomatosis, resultan en un efecto favorecedor para la presentación de los tumores. Se sospecha además de la participación de un virus oncogénico en la enfermedad, pero hasta ahora nose ha comprobado.2
En áreas o regiones, donde existe mayor frecuencia del CCE, también se ha observado un incremento de tumores en vulvas no pigmentadas. 1,2
PATOGENIA Y SIGNOS CLÍNICOS
La apariencia del CCE, depende no solo de su asentamiento anatómico (porque este determina la interacción general entre el epitelio y el tejido conectivo subyacente) sino también del estadio de malignidad. 1,2
El desarrollo de estos tumores malignos afecta (en orden decreciente de frecuencia) el límite esclerocorneal (limbo lateral o medial), los márgenes palpebrales (sobre todo el inferior), el tercer parpado (o membrana nictitante) y las regiones del canto medial; dicha afección abarca 4 estadios que transcurren en el término de 3 meses a 2 años: 2
Área de la mucosa engrosada, benigna del tamaño de una lenteja, frecuentemente circunscripta, ligeramente elevada, color gris perla con superficie lisa ubicado en la cara externa del párpado (imagen 3). 2
Hiperqueratosis del tamaño de un chícharo o frijol grande, de superficie rugosa, de base ancha o pediculada (imagen 4 y 5). 2
Neoformación tisular que se agranda lentamente pero aún permanece delimitada con superficie granulomatosa o ulcerosa, más o menos sangrante (imagen 6 y 7). 2
Tumor de rápido crecimiento, con aspecto de coliflor, con fisuras y necrosis, cubierto de sangre, moco, fibrina y/o pus, con base ancha que irrumpe en los tejidos vecinos (imagen 8 y 9). 2
En el desarrollo de los estadios tumorales, por lo general unilateral, rara vez bilateral o en varias localizaciones en un mismo ojo, se produce una regresión espontánea en 1/3 de las placas y papilomas; pero 1/3 de ellas a su vez puede recidivar más tarde. El CCE con su extensión invasiva e infiltrativa afecta también piel, glándulas lagrimales y salivales, linfonodos regionales, hueso y nervios cerebrales (imagen 10); durante el período terminal se producen metástasis por vía linfática a linfonodos torácicos, pulmones, pleura, corazón y/o riñones. Las lesiones neoplásicas pueden aparecer sin estadios precursores notables.1,2,3
En términos generales, los CCE premalignos son placas pequeñas, blancas, sobresalientes e hiperplásicas o estructuras similares a los papilomas con una superficie verrugosa, tal como se aprecia en los primeros dos estadios del tumor (imagen 3, 4 y 5). En contraste, los tumores malignos son irregulares, nodulares, rosados, erosivos y de naturaleza necrótica (imagen 6, 7, 8 y 9). Los tumores necróticos con frecuencia poseen un olor fétido característico.
Los CCE que invaden la órbita pueden volverse masivos y acabar invadiendo el hueso, causando la pérdida total de la visión del ojo afectado (imagen 10).2,3
Además de las características morfológicas del tumor en sus diferentes estadios, generalmente se observa en el animal, epifora, blefaroespasmo, fotofobia y una disminución progresiva de la capacidad visual.
DIAGNÓSTICO
En ocasiones el aspecto grueso permite establecer el diagnóstico, ya que estadios avanzados son fáciles de reconocer, sobre todo en las citadas razas de cara blanca. En casos dudosos hay que realizar el diagnóstico diferencial con fibropapilomatosis del párpado, queratoconjuntivitis infecciosa bovina (ojo rosado), flemones de órbita o párpados, Leucosis (linfadenomegalia de linfonodos retrobulbares), melanoma ocular congénito o adquirido y osteosarcoma frontal. Para ello generalmente se requiere de la citología o de histopatología para diferenciar entre los tumores benignos, el carcinoma in situ y el CCE invasivo.1,2
En el examen histopatológico las placas muestran hiperplasia del estrato espinoso, en cambio los papilomas exhiben hiper o paraqueratosis. Los tumores invasivos son carcinomas de células planas típicas o anaplásicas, con clara actividad mitótica y formación de “perlas de queratina”.3
PRONÓSTICO
Cuando se remite el caso en sus primeros estadios, se puede lograr curar al animal mediante la intervención quirúrgica. El pronóstico es desfavorable, en los casos avanzados, sobre todo con afectación del ojo y/o sus anexos como linfonodos regionales o hueso, cabe esperar recidivas dentro de los 4-8 meses aún con intervención quirúrgica radical.2,3
TRATAMIENTO
Se recomienda la extirpación total del tumor inicial, lo antes posible, a través del tejido sano, conservando el globo ocular (resección total del tercer parpado, abarcando tanto tejido afectado, como tejido sano).; en cambio sí se encuentran afectados los párpados, conjuntiva o inclusive el bulbo, se justifica la enucleación del globo ocular y la resección cuidadosa de todo tejido con apariencia tumoral. La técnica de criocirugía o la implantación de sustancias radioactivas en el tejido tumoral, resultan imprácticas a nivel de campo.2,3
PREVENCIÓN
Evitar los factores predisponentes antes citados, proveer de sombra aquellos animales en pastoreo y confinamiento. En las razas o líneas genéticas cuya piel se encuentra apigmentada alrededor de los ojos, se debe seleccionar contra esta característica genética; los animales que la presentan deben ser revisados cada 4 meses y eliminar quirúrgicamente todas las placas tumorales.1,2
El mejoramiento genético, como la crianza selectiva para presentar piel periocular entre parcial y totalmente pigmentada reduce enormemente la aparición de este tumor en razas de cara blanca.2
PRESENTACIÓN DE CASO
El objetivo del presente escrito es la presentación del caso clínico, de una vaca con “Carcinoma de Células Escamosas” en el ojo derecho, cuyo fin zootécnico es la producción de leche, reportado en la región de Valle de Santiago, Guanajuato.
Se describirá paso por paso la intervención quirúrgica, para la resolución de dicha patología:
Bovino de la raza Holstein, hembra de aproximadamente 3 años de edad, con presentación de un carcinoma de células escamosas en el ojo derecho.
El éxito del procedimiento quirúrgico para esta patología depende de:
• Estadio y grado de desarrollo del CCE.
• Número de estructuras o anexos implicadas en dicho proceso tumoral. • Metástasis a otros órganos.
• Resección total del tumor, abarcando tejido sano.
El procedimiento quirúrgico que se efectuó para la resolución del presente caso, fue el siguiente:
1. Debido a la falta de instalaciones, la cirugía se realizó dentro del corral donde se encontraban alojadas las vacas de la pequeña unidad de producción. Se procedió a la sujeción de la vaca mediante la colocación de un bozal, con la finalidad de inmovilizar para exponer el ojo afectado.
2. A continuación, se tranquilizó al animal mediante la administración por vía intravenosa de Xilacina al 10 %, a una dosis de 0.05 mg/kg de peso vivo, utilizando para ello la vena coxígea como vía de administración (imagen 11 y 12).
3. Una vez tranquilizado el animal, se procedió a lavar con agua y jabón, la región del ojo derecho (imagen 13 y 14).
4. Posterior al lavado, se colocó un separador de “Gelpi” en la conjuntiva palpebral, con la finalidad de abrir los párpados y exteriorizar completamente la base del tumor hallado en la glándula nictitante (tercer parpado) (imagen 15 y 16).
5. Exteriorizado desde su base el tumor, se realizó la analgesia subconjuntival del tercer parpado, mediante la infiltración local de 5 ml de lidocaína con epinefrina al 2% sobre la línea de incisión (base del CCE) (imagen 17 y 18).6
6. A continuación, se sujetó un extremo del CCE con una pinza de “Allis”, esto para facilitar su manipulación y tracción, y colocar una pinza de hemostasia sobre la base del tercer párpado, cerciorándose abarcar tanto tejido tumoral como tejido sano. Posteriormente con ayuda de un bisturí se efectuó un corte sobre el borde de la pinza, retirando así todo el proceso tumoral, conservando todo el margen palpebral posible (imagen 19 y 20).5
7. Finalmente se retiró el separador de “Gelpi” y se realizó un lavado de la zona con solución salina fisiológica y antibiótico de amplio espectro (Oxitetraciclina), eliminando restos de sangre y coágulos. Se recomienda colocar un parche ocular para evitar el contacto de moscas y polvo con la herida, evitando que esta se infecte y cicatrice de manera incorrecta, sin embargo, para este caso, se decidió no colocarlo (imagen 21 y 22).
TRATAMIENTO POSQUIRÚRGICO
Se administró por vía parenteral Oxitetraciclina a una dosis de 20 mg por kg de peso vivo y un antiinflamatorio y analgésico no esteroideo como Meglumina de Flunixin a una dosis de 2.2 mg por kg de peso vivo por 3 días.
CONCLUSIONES
En las unidades de producción intensivas con ganado bovino, se han incrementado notablemente las afecciones que involucran al ojo y sus anexos, como el carcinoma ocular de células escamosas; siendo este de origen multifactorial y de presentación variable, llegando afectar completamente la visión, ocasionando descensos notables de la producción, pérdidas económicas, y en algunos casos el desecho del animal.
Por lo anterior resulta necesario conocer los diversos factores predisponentes y los diferentes estadios del tumor, con la finalidad de lograr diagnosticarlos en sus primeras fases, pero sobre todo disminuir su incidencia, mediante la aplicación de medidas preventivas. De igual manera, dentro de la práctica clínica de campo, se debe tener la habilidad y destreza para solucionar un problema como el que se presentó, contando con el material y el conocimiento necesario para efectuar de manera exitosa dicho procedimiento quirúrgico.
LITERATURA CITADA:
-
Smith P.B., Medicina interna de grandes animales, cuarta edición, editorial ELSEVIER, Barcelona España, 2010. pp. 1301-1302.
-
Dirksen G., Gründer H., Stöber M., Medicina Interna y Cirugía del Bovino, cuarta edición, editorial Inter- Médica, Buenos Aires, Argentina, 2005. Segundo vol., pp 1080-1084.
-
Fubini L.S., Ducharme N.G., Cirugía en animales de granja, primera edición, editorial Inter-Médica, Buenos Aires, Argentina, 2005. pp. 466-470.
-
Ames K.N., Noordsy`s Food animal surgery, fifth edition, Wiley Blckwell, Iowa, USA, 2014 pp. 75-77.
-
Ordóñez M.R., Atlas de técnicas quirúrgicas en bovinos, primera edición, editorial trillas, Ciudad de México,
2008. pp. 209-210.
-
García C.D., Posadas M.E., Olguín BA., Téllez RRE., Bloqueos Nerviosos en el ganado bovino, FMVZ- UNAM, división del SUA., 1994. pp. 36-44.
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