farmacovigilancia
Diarrea y deshidratación en becerras lactantes

Ganadería

septiembre 2, 2024

Diarrea y deshidratación en becerras lactantes

Ruben Dario Serna Montero

Las becerras son el futuro en la producción del establo, tener becerras sanas significa tener vacas de reemplazo que aportarán a continuar y mejorar nuestra producción en el futuro; sin embargo, hay padecimientos que pueden truncar esta planeación acerca de nuestros reemplazos.

Uno de los parecimientos que pueden afectar a las becerras desde su primera semana de vida, es la diarrea. Esta se caracteriza por descargas anormales y frecuentes de heces que afectan negativamente la digestión, la absorción de nutrientes, generan pérdida de agua y electrolitos además de favorecer una eliminación de inmunoglobulinas; todo esto ocasiona una bajada en las defensas que pueden permitir la colonización de bacterias oportunistas, predisponiendo al desarrollo de infecciones como neumonías, entre otras, derivando en una alta probabilidad de muerte en las becerras, así como retrasos en el crecimiento y bajo desempeño productivo en las que sobreviven.

Las diarreas pueden presentarse por distintas causas:

  • Infecciosas: Ocasionadas por virus o bacterias.
  • Parasitarias: Ocasionadas por protozoarios.
  • Tóxicas: Ocasionadas por fármacos u otros químicos.
  • Mecánicas: Ocasionadas por agentes contenidos en el alimento o consumidos por las becerras sin ser parte de su dieta normal.

Los primeros dos tipos son los más comunes y sobre los que profundizaremos en esta ocasión:

DIARREAS INFECCIOSAS:

VIRALES:

  • Rotavirus: Puede afectar durante la primera semana de vida; luego de ingerir materia contaminada con heces y tras un periodo de incubación que va de 12 a 36 horas se desarrolla una diarrea acuosa, profusa, de color amarillo, verde o café que puede durar de 1 a 2 dias; si a la infección se suman otros organismos oportunistas, la diarrea puede durar hasta 6 dias. Tiene una rápida diseminación hacia otros individuos, con una mortalidad baja (1%-5%) en ausencia de infecciones secundarias como cepas enterotoxigénicas de E. coli, que pueden elevar de manera importante la mortalidad; por otro lado, la morbilidad puede rondar niveles del 90%, lo que ocasiona problemas generalizados de retraso en el desarrollo.
  • Coronavirus: Con un periodo de incubación de 36 a 60 horas, esta infección puede presentarse durante la segunda semana de vida. Podemos notar signos de depresión ligera, diarrea amarillenta, profusa, con moco y cuajarones de leche. De 2 a 4 dias posteriores al inicio de la diarrea, la depresión se torna severa, hay debilidad, un mal aspecto general de las becerras y generalmente mueren. Su diseminación es rápida, con una morbilidad superior al 90% y mortalidad superior al 30% de los individuos afectados.

 

BACTERIANAS:

  • Escherichia coli: Ocasiona colibacilosis enterotoxigénica que se nota de inicio por una diarrea amarillenta a blanquecina que se torna acuosa y profusa; esta ocasiona una deshidratación severa y acidosis que puede ser tan intensa que produce falla renal y termina con la muerte de la becerra.
  •  Clostridium perfringens Tipo C: Es la causa de una entero toxemia en becerras recién nacidas. Presenta una alta mortalidad aunque la morbilidad es baja, con signos clínicos como diarrea hemorrágica, cólico, depresión y muerte súbita. Hay casos híper agudos en que no se observa la diarrea.
  • Salmonelosis: Esta pueden ocasionarla Salmonella typhimurium y Salmonella dublín, que son agentes que pueden sobrevivir por varios meses en el estiércol seco o el agua, lo que puede ocasionar que haya contaminación del alimento, ingresando por via oral. Presenta una morbilidad variable, aunque la mortalidad puede superar el 75%; convirtiéndose las becerras que llegan a sobrevivir en una fuente de diseminación vitalicia; esto sucede especialmente en becerras infectadas mayores a dos meses de edad. La infección puede presentarse en 3 distintas formas:
  • Híper aguda o septicémica: No hay signos clínicos previos, sino que se presentan súbitamente justo antes de la muerte en que podemos observar signos como depresión severa, hipotermia, debilidad, opistótonos, diarrea y cólicos. Esta forma puede durar de unas cuantas horas hasta dos dias.
  • Aguda o entérica: Esta es la forma más común, con signos clínicos como fiebre, anorexia, depresión y deshidratación a las que se le suma una diarrea profusa, de olor fétido. Las heces de inicio son acuosas, pero luego pueden contener sangre y moco.
  • Crónica: Esta se presenta en becerras mayores a dos meses de edad, con diarrea leve y heces acuosas.

 

DIARREAS PARASITARIAS:

  • Cryptosporidium spp.: El primer mes de edad y especialmente la primera semana de vida son los momentos de mas riesgo para que se presenten infecciones causadas por este agente. El contagio se da al ingerir materiales contaminados con heces que contienen oocistos esporulados. La diarrea ocasionada, de color amarillo cremosa, puede no ser fatal y es pasajera siempre y cuando no la complique la presencia de otros agentes oportunistas; esta inicia de 2 a 7 dias posteriores a la ingestión de los oocistos y puede extenderse por una o dos semanas sumando otros signos clínicos como tenesmo, anorexia, pérdida de peso y depresión. Animales de mayor edad pueden infectarse sin desarrollar diarea y aunque la mortalidad es baja, la morbilidad suele ser elevada.
  • Coccidiosis: Es una infección causada especialmente por Eimeria bovis y Eimeria zuernii que se transmiten al ingerir agua y alimentos contaminados. Dos semanas después de la ingestión de los oocistos se presentan los primeros signos clínicos que son heces líquidas mezcladas con moco y pequeñas cantidades de sangre, la cual puede ir aumentando durante el curso de la enfermedad. Prácticamente todas las becerras presentan cierto grado de infección durante su primer año de vida y pueden no tener consecuencias, pero esto pude agravarse en cualquier momento cuando la becerra sufre de estrés por diversas situaciones y esto predispone una disminución en la inmunidad. Con niveles elevados de infección, las coccidias ocasionan daños importantes al destruir enterocitos ocasionando una pérdida importante y acelerada de sangre, agua y electrolitos, que puede superar el 12% del agua corporal; con esto, la muerte llega como efecto de la deshidratación, acidosis, anemia, pérdida de proteína y shock.

 

TIPO DE INFECCIÓN

MICROORGANISMO

EDAD DE LA BECERRA

CARACTERÍSTICAS DE LA DIARREA

SIGNOS CLÍNICOS

MORBILIDAD

MORTALIDAD

VIRAL

Rotavirus

1 - 21 días; mas frecuente 1-6 días de edad.

Diarrea profusa, heces acuosas, café o verdes con moco o sangre.

Depresión, salivación, duración de 5-6 días.

Alta 90 %.

Baja 1-5%.

Coronavirus

4 - 18 días; más frecuente 7-10 días de edad.

Diarrea profusa, amarilla con moco y cuajarones de leche.

Deshidratación, acidosis e hiperkalemia.

Alta 90 %.

Alta 20-30 %.

BACTERIANA

Escherichia coli

1-7 días

Diarrea profusa sin pujo, heces acuosas color amarillo a blanco o hemorrágicas, dependiendo de la cepa.

Deshidratación, debilidad, postración y muerte en 6 - 12 horas.

Alta

Alta, si no hay tratamiento.

Clostridium perfringens

7-28 días

Diarrea fétida sanguinolenta.

Cólico, depresión y muerte súbita.

Baja

Alta

Salmonelosis (S. typhimurium y
S. dublín
)

10 días a 3 meses

Diarrea profusa, fétida, primero acuosa y luego con sangre, moco y tejido mucoso.

Hipotermia, depresión severa, debilidad, opistótonos y muerte súbita.

Variable

Alta > 75 %

PARASITARIA

Cryptosporidium spp.

7-30 días

Diarrea profusa de color amarillo, heces amarillo cremosas.

Tenesmo, anorexia, pérdida de peso y depresión.

Alta

Baja

Coccidiosis (E. bovis y E. zuernii)

Más común en becerras mayores de 3 semanas.

Heces líquidas mezcladas con moco y sangre. En casos graves diarrea profusa con sangre.

Residuos de heces con sangre en la cola. Ligera depresión sin pérdida del apetito.

Alta

Baja

  • Diferenciación clínica de los tipos de diarrea.

 

TRATAMIENTO:

Un tratamiento eficaz, oportuno y bien dirigido, con base en un buen diagnóstico puede ayudarnos a salvar la vida de nuestras terneras.

Las diarreas virales no requieren un tratamiento dirigido propiamente al microorganismo, ya que estas desaparecen por si solas una vez que el virus cumple su ciclo; por esto, un tratamiento sintomático y reforzar a la becerra nos ayudarán mucho para que esta pueda salir adelante. Algo parecido ocurre en el caso de Cryptosporidium spp. que puede ser controlada por la inmunidad celular y las defensas de la becerra si no se complica gracias a otro oportunista.

Para el caso de infecciones bacterianas podemos recurrir a tratar con antimicrobianos, especialmente en cuadros septicémicos; el éxito de estos tratamientos dependerá de la elección que hagamos y la sensibilidad que haya contra el microorganismo involucrado.

Un tratamiento oral con antibióticos, protectores de mucosa y absorbentes puede ser suficiente en caso de diarreas leves.  En casos así el tratamiento oral con antibióticos, protectores de mucosa y absorbentes puede ser suficiente. Existen fórmulas antidiarreicas que contienen colistina, bromuro de homatropina, caolín y pectina. La colistina es un antibiótico efectivo contra todos los bacilos Gram-negativos y es usada como antibiótico polipéptido; el bromuro de homatropina inhibe la hipersecreción provocada por las toxinas bacterianas y actúa como un modulador de la motilidad intestinal; el caolín y la pectina tienen un efecto protector de la mucosa y ofrecen una acción absorbente que promueve la eliminación de las toxinas. Si el caso requiere antibioterapia más dirigida, la combinación de sulfamonometoxina con trimetoprim puede ser una opción efectiva para solucionar la infección bacteriana.

Cuando la infección sobrepasa la barrera intestinal se puede establecer una septicemia que minimiza la eficacia de los antibióticos administrados por via oral; en estos casos la aplicación del antibiótico debe ser por via sistémica.

Ante cualquier caso de diarrea, existe una pérdida acelerada de enterocitos maduros durante la fase aguda. Una vez que la infección se establece, hay una hipersecreción de electrolitos y agua desde las células de la cripta ocasionada por las entero toxinas bacterianas y esta destrucción celular genera una atrofia de las vellosidades intestinales, inflamación del intestino y mala absorción de líquidos y nutrientes. Todo esto acelera la actividad peristáltica, elevando el flujo en dirección caudal, lo que reduce el tiempo de tránsito intestinal e incrementa la cantidad de heces y la frecuencia en las evacuaciones.

Es importante loquear la síntesis de prostaglandinas para inhibir la hipersecreción en el intestino y reducir la severidad de la diarrea; para esto es recomendable la aplicación de un AINE (antiinflamatorio no esteroidal), que ayuda mucho por su actividad antiprostaglandínica y sus acciones antiinflamatoria, analgésica y antipirética.

Todo tratamiento antibiótico y antiinflamatorio puede ser inútil si no ayudamos a la recuperación del agua y los electrolitos perdidos durante el proceso diarreico. Esto obedece a que las becerras con diarrea, sobre todo recién nacidas, se deshidratan rápidamente debido a la pérdida de agua, electrolitos (sodio, potasio y cloro), bicarbonato, inmunoglobulinas y glucosa desde los compartimentos extracelulares hacia el espacio intravascular y luego al exterior del intestino; lo que, en casos severos, puede tener un desenlace fatal provocando la muerte de la becerra.

Es importante que podamos calcular la cantidad de agua que necesita una becerra para reponerse o mantenerse en casos de deshidratación; esta cantidad se puede calcular multiplicando el peso por el porcentaje de deshidratación. El nivel de deshidratación lo podemos determinar mediante la observación de la becerra y los signos clínicos que presente:

 

 

 

 

 

Representación visual del porcentaje de deshidratación en relación con los síntomas clínicos y la salud de los terneros. Adaptado de M. A. Wattiaux (2005). 

Como ejemplo tomemos una becerra que pesa 40 kilogramos y presenta una deshidratación del 7%; esta becerra requiere, para reponerse, 2.8 litros de agua por día, adicionales a su consumo normal, equivalente al 10% de su P.V. En total la becerra debe recibir 6.8 litros de agua al día, considerando la que ya incluye la leche que está tomando. 

Una solución oral de electrolitos debe contener iones de Na+, K+, Cl+ y HCO3-, compuestos alcalinizantes para la corrección del PH (HCO3- o equivalentes del bicarbonato como citrato, acetato o lactato) y fuentes de energía para corregir las deficiencias y para el mantenimiento de las funciones vitales (glucosa, aminoácidos y lípidos). Las preparaciones que incluyen la glicina favorecen la absorción intestinal de sodio y agua.

Se aconseja no alimentar a las becerras con leche durante la fase aguda de la diarrea (primer y segundo día) pues la mucosa intestinal se encuentra seriamente lesionada y la mayoría de las soluciones de electrolitos tradicionales pueden interferir con la acción de la renina y agravar el cuadro diarreico. Por otro lado, existen soluciones electrolíticas específicas para terneros lactantes, que pueden administrarse con la leche sin problema alguno, las cuales no solo no interfieren, sino que colaboran con la renina en su acción para la formación del coagulo de leche; con esto, la becerra puede reponer el agua y electrolitos perdidos sin dejar de nutrirse.

El tratamiento por via oral no será suficiente y, en ocasiones, será imposible aplicarlo cuando la deshidratación es severa o el daño a las vellosidades intestinales es extenso; llegando a estos niveles, se recomienda la administración de fluidos, electrolitos y glucosa por via endovenosa.

PREVENCIÓN E HIGIENE:

FACTORES PREDISPONENTES PARA EL DESARROLLO DE ENFERMEDADES EN LAS BECERRAS

  1. Pobre condición de la madre durante la gestación y el parto.
    1. Desnutrición
    2. Parasitosis
    3. Programa sanitario deficiente o ausente.
    4. Parto distócico.
  2. Aporte inadecuado de calostro.
    1. Administración tardía.
    2. Volumen insuficiente.
    3. Pobre en inmunoglobulinas.
    4. Falta de higiene.
  3. Alimentación inadecuada de las becerras.
    1. Leche en mal estado
    2. Alimento mojado, en mal estado o contaminado.
    3. Alimentación pobre, carente de vitaminas y minerales.
    4. Sobrealimentación.
  4. Medio ambiente adverso.
    1. Frio o calor.
    2. Ventilación inadecuada.
    3. Humedad excesiva.
    4. Sobrepoblación.
    5. Hacinamiento.
    6. Contaminación ambiental (Microorganismos patógenos presentes).

Dentro de las primeras 6 horas posteriores a su nacimiento, las becerras deben consumir un volumen de calostro equivalente al 10% de su peso. Este calostro debe ser de buena calidad, conteniendo al menos 50 mg/ml de inmunoglobulinas (óptimo 60 mg/ml o más) y un máximo de 10,000 UFC de coliformes (óptimo <500 UFC).

Prevenir las diarreas en las becerras depende de tener un balance entre buenas prácticas zootécnicas, instalaciones adecuadas, nutrición de calidad, así como un programa sanitario efectivo y bien dirigido hacia la madre, con los cuidados adecuados durante la gestación y el parto, así como el cuidado de las becerras desde el parto hasta el destete.

En Sanfer Salud Animal, contamos con herramientas, programas y un equipo técnico profesional con que podemos colaborar para mantener a tus becerras en las mejores condiciones, desde el nacimiento hasta el destete.

PREVENCIÓN:

TRATAMIENTO:

 

Fuentes consultadas:

  • Alfonso Torres, D.V.M.,Ph.D. The pathogenesis and clinical management of neonatal diarrea. (1988).
  • Abelardo A. Martinez M.V.Z. Ph.D.Manual de crianza de becerras (2003).
  • Kehoe & Heinrichs (2019). Electrolytes for Dairy Calves; “dairy-cattle.extension.org”; https://dairycattle.extension.org/electrolytes-for-dairy-calves

Comentarios (0)